martes

Decadencia II



"La danza de lo político alrededor de lo religioso es en estos
tiempos actuales un compromiso y un apetito de los enemigos
de la Iglesia. Masones, judíos y marxistas, que con tanta
frecuencia son una misma cosa, encuentran un colosal
aliciente en la lucha político-religiosa. Viven haciendo lo
contrario de lo que dice y diciendo lo contrario de lo que
hacen. Proclaman la separación de lo religioso y lo político, y
no duermen espoleados por su ansiedad antireligiosa"
(
Onésimo Redondo, Libertad num 39, 7.3.32)
Toda sociedad sana se sustenta en unos Valores que de alguna forma
conforman su `espíritu´. No se trata de dioses, sino de Valores en el
fondo. El mundo decadente desprecia a los dioses pero ese desprecio
oculta la realidad: el odio y la voluntad de eliminar a los Valores
esenciales que sustentaban a esos dioses.
Por ello aunque en el NS no hay una religión oficial, ni es un
movimiento de restauración religiosa, y aunque en el NS hay
camaradas paganos, cristianos, agnósticos e incluso algún islámico, lo
que une a todos ellos es esa defensa de la `espiritualidad básica´, no de
religiones sino del reconocimiento de los Valores esenciales.
El materialismo como concepción del mundo no es nefasto por su duda
sobre los dioses sino por su consecuencia sobre los Valores. Cuando
solo se cree en lo útil, lo material, lo que cumpla con deseos y
egoismos propios, es inevitable es caer de los Valores elevados y el
establecimiento de los más ruines aspectos de lo humano como
`valores esenciales´. Y al fin el relativismo, ese todo vale que iguala lo
sublime con lo miserable, todo al `gusto´ de cada cual.
La democracia, por ejemplo, pone como `valor´ esencial es `deseo´, es
el deseo de la mayoría el único valor esencial. Y así la usura o el
homosexualismo serán o no aceptados dependiendo solo de ese
`deseo´ mayoritario, no de su ajuste o no a Valores humanos
esenciales.

El mundo decadente odia las religiones, pero sobretodo odia el
sentimiento espiritual, ese sentimiento de que hay algo superior al
egoismo del deseo.
Por eso las declaraciones de laicismo y `separación de política-religión´
ocultan normalmente un deseo irreprimible de anular por todos los
medios la educación espiritual y la enseñanza de Valores esenciales.
El mal llamado laicismo NS (en realidad deberíamos decir la a-
confesionalidad del régimen NS) tiene un sentido muy distinto, y está
dirigido a evitar
el error de la teocracia, o sea el intento de una clase
sacerdotal en asumir el poder temporal político, en vez de dedicarse a
su deber, a orientar sobre los Valores que debe seguir la sociedad.
En el NS hay una profunda mística espiritual, una visión clara de la
supremacía de los valores frente al interés, y con ello la intención de
honrar mediante formas públicas esos Valores.
Así las ceremonias por
los caidos, los desfiles de antorchar nocturnas, las fiestas campesinas
en las cosechas, las sencillas ceremonias religiosas populares, todo era
apoyado y promocionado por el NS como formas de recordar
`religiosamente´ (en el sentido amplio de la palabra `religión´Guiño los
Valores que sustentan cada una de esas ceremonias: el Honor de los
que se sacrifican por el interés común, el espíritu comunitario (racial si
se quiere usar esa palabra), la belleza de la vida en la Naturaleza, la
dignidad del Trabajo frente al dinero, el amor al prójimo cristiano, ect....
Hace poco Tahar Ben Jelloun, judío sionista y como tal miserable
premiado por el Sistema, pide eliminar la posibilidad de que las
mujeres islámicas lleven el pañuelo en las escuelas de Francia. Habla
del laicismo como la mejor salida democrática. Por supuesto no critica
a Israel, estado confesional donde lo haya, al poder de los rabinos allí,
el uso del bonete judío, etc...
Nosotros opinamos todo lo contrario, incluso en Europa es positivo que
los inmigrantes (mientras no se logre su reintegración a sus pueblos de
origen) lleven todo tipo de identidad que los agrupen en comunidades
propias. El laicismo es un atentado a la identidad y un camino más a la
igualdad globalizadora del sistema.
El sistema tiene como primer enemigo el Gran Estilo, o sea los Valores
sublimes. Y como segundo la espiritualidad que es la visión externa y
ritual de esos Valores.
En La Vanguardia del 24 -6-03 se expone como la Constitución Europea
que trata de imponer la usura internacional se intentaba nombrar como
bases de los orígenes de Europa a los masones (llamados `las luces´Guiño,
pero evitando toda mención al cristianismo.
El marxismo se ve identificado en `las luces´, como materialismo
científico que se cree. Pero el cristianismo y los valores espirituales no
pueden ser aceptados como base de la Europa de la Usura.
Para ver hasta donde ha llegado la decadencia democrática, bastaría
recordar aquel texto de Indro Montanelli en La Vanguardia 6-5-01,
sobre 'Honradez en Política'. Decía Montanelli que tenía que reconocer
que Hitler era honrado.... Y por tanto la honradez no debe ser una
virtud en política. Y nos contaba el caso de Giolitti, ministro italiano que
tuvo el epíteto de 'ministro de la mala vida', porque al no poder
derrotar a la mafia pacto con ella para limitar sus efectos públicos....
Así es, en democracia lo importante no es una sociedad honrada sino
lograr la convivencia entre ladrones y no ladrones. Por tanto Hitler y los
que quieren acabar con el vicio y el robo son un peligro para la
`estabilidad´,y en cambio lo bueno son los que pactan con la Mafia para
evitar que sus efectos sean escandalosos públicamente a cambio de
dejarles robar y mandar en la sombra.
No se trata de ser cristianos, no lo soy, sino de comprender que todo
sentimiento religioso que se base en valores no materiales es algo que
va contra el sistema.

Creo que lo expresa bien V. Risco al decir:
"Nietzsche halló, y no ha habido ni puede haber quien lo rectifique, el
diagnóstico de la enfermedad europea: degeneración del carácter,
atrofia de la personalidad individual, debilitamiento de la voluntad.
Pero se la atribuyó principalmente al cristianismo y esto no es verdad;
claro que el cristianismo contiene ciertos elementos deletéreos y que,
en lo humano y social, no tiene contra los elementos de corrupción,
defensas tan enérgicas como todavía las tiene el Islam. Mas es en otra
parte donde hay que buscar las causas de la decadencia europea.
Nietzsche era todavía un volteriano.
Es que para valorar de modo integral nuestra civilización tenemos que
vencer un gran número de prejuicios y de obstáculos interiores que
provienen de nuestra especial educación".

Así es, hay que superar la visión volteriana y nietszchesiana de que la
decadencia viene de la compasión o el amor al prójimo, la ayuda al
débil, etc... no es el amor la semilla de la decadencia sino el
materialismo, el abandono de ideales y la sumisión al interés y la
comodidad egoísta.