miércoles

Mundo orwelliano


El controvertido David Icke presentó en la Universidad de Oxford una visión de la política internacional y el capitalismo ciertamente paranoica o conspirativa para muchos. Hemos leído a Platón y en ocasiones nos preguntamos si las cosas son lo que parecen. Desde luego la realidad puede ser mucho más compleja de lo que podríamos suponer y Matrix algo más que una mera ficción. Vivimos en un mundo orwelliano generado por el sistema y los medios de comunicación social, donde la verdad no es lo que vemos y pensamos, sino aquello que nos hacen ver y pensar. Nos creemos libres porque no llevamos cadenas, pero cuando permitimos que pocos controlen a la sociedad nos convertimos en ovejas manipuladas.
Para que unos pocos controlen a la masa es necesario implantar un sistema donde reine la más profunda ignorancia. En nuestro día a día la única investigación que hacemos de la realidad de las cosas es la lectura de la prensa. Nadie conoce la realidad por sí mismo, todo el mundo sabe de algo por un tercero, incluso la mayoría de los periodistas saben de las cosas por las agencias de información. Así, todos, casi todos, somos meros repetidores. Incluso los periodistas que trabajan por el pensamiento de aquellos que llevan las riendas no son más que relaciones públicas de la versión oficial de las cosas. Ante este estado de la realidad no es erróneo señalar que nos hallamos ante un sistema global fascista.
Desde el “atentado terrorista” del 11 de septiembre de 2001 la necesidad de protección ha supuesto un mayor control y una flagrante reducción de libertades propia de la situación vivida durante la primera mitad del siglo XX. Ciertamente no somos ni historiadores ni periodistas por lo que de la verdad de las cosas sólo conocemos aquello que nos hacen llegar a nuestros ojos y a nuestras mentes. Por tanto, somos ovejas de un rebaño controlado que no posee la información, sino que la recibe generalmente fraccionada o distorsionada, como en un puzzle que nunca termina. Somos ratas de laboratorio encauzados, somos los esclavos que sólo pueden ver las sombras que se reflejan.
Muy probablemente vivimos en un mundo holográfico y el primer paso hacia la libertad sea darse cuenta de que estamos atados en el fondo de la caverna platónica. Para dejar de ser ovejas sólo hay un camino, difícil no obstante, que es ser nuestra propia visión y opinión de las cosas. De todos modos es mucho más sencillo recibir la realidad sentados en nuestro sofá mediante la televisión o Internet.