La energía de los árboles
Cuando caminamos entre los árboles en un parque o un bosque, podemos llegar a sentir la energía que desprenden. Los celtas creían que cada árbol poseía un espíritu sabio y que sus rostros podían verse en la corteza de sus troncos y sus voces escucharse en el sonido de las hojas moviéndose con el viento.
Los árboles nos ayudan a establecer contacto con el poder de la naturaleza, nos dan herramientas para sanarnos, relajarnos, fortalecernos, cargarnos de energía vital y son portadores de los mensajes de la madre Tierra.
Existen
cada vez más personas que han comprobado los beneficios de abrazar
los árboles. Al revés que con las personas que al abrazarlas
podemos notar pérdidas de energía debido a factores emocionales,
con un árbol siempre notaremos que nos carga, nunca que nos
descarga.
No
olvidemos que todo ser vivo es energía, y al igual que nosotros, los
árboles tienen la suya propia, muchas veces entramos en sintonía y
sentimos como fluye expresando nuestra sensación de bienestar,
tranquilidad, serenidad, etc. Desde aquí queremos compartir la
energía que te aporta cada árbol en concreto, porque cada uno tiene
una característica, determinada por su especie, velocidad de
crecimiento, entorno.
¿Cómo
Captar la Energía de los Árboles?
La
energía que emanan los árboles, al igual que la nuestra, es
invisible al ojo físico, es lo que llamamos el aura, muy perceptible
sensitivamente.
El
árbol al igual que las personas está emitiendo vibraciones
energéticas constantemente y son perfectamente asimilables por el
ser humano, se pueden absorber y podemos beneficiarnos de sus
efectos.
Existen
dos formas fundamentales de captarla:
A
través de la emanación áurica del árbol
Su
extensión es más o menos grande según las características de cada
árbol y su situación ambiental. Bastará penetrar en su radio de
acción. Este tipo de energía se absorbe con el simple hecho de
pasear por un bosque, conscientemente podemos aumentar su captación
regulando nuestra respiración a un ritmo tranquilo y algo profundo.
En
la práctica, esto es lo podemos hacer:
-
Camina entre los árboles y escoge alguno que te llame la atención.
-
Acércate a él, obsérvalo y capta su energía, no trates de
analizarlo mentalmente o de establecer un vínculo emocional. Sólo
nota su tono vibratorio.
-
Tócalo al mismo tiempo que cierras los ojos, con tu mano izquierda.
Reconoce su fuerza y su influencia en el entorno. Observa si es un
árbol solitario o un pastor de árboles que tiene influencia sobre
el resto. Capta si su energía es curativa, o si es protectora y
amorosa, o si es sabia, o si es imponente en todo ese territorio o de
cualquier otro tipo. Acepta esa energía sin más y pregúntate si
deseas recargarte a ti mismo con esa fuerza.
-
Establece contacto con la energía del árbol mediante tu corazón
energético. Vacía tu ruido interno, fluye en el amor y escucha al
árbol. Capta su espíritu. Preséntate con tu nombre y entra en un
espacio donde la comunicación es energética y no sonora. Puedes
pedir consejo sobre cualquier situación que necesites, cargarte de
energía, relajarte o aceptar su sabiduría.
-
Escucha la en tu corazón, da las gracias, levántate y despídete
poniendo tu mano derecha sobre su tronco.
En
contacto directo con el árbol.
Utilizando
las manos: A
través de ellas podemos realizar una captación más consciente, son
una zona muy sensible a la emisión y captación vibratoria ya que en
la palma existen varios puntos de entrada y salida de energía. La
posición más conveniente es la de seguir las grietas o fisuras de
la corteza en el sentido que las presenta el árbol.
Utilizando
la espalda: La
parte central de la espalda, recorriendo la columna vertebral, se
encuentra el canal energético principal del cuerpo. Apoyando esta
zona en el tronco del árbol absorberemos la energía que emana.
Desde
la antigüedad ya se sabe que cada árbol alberga un espíritu que le
confiere una fuerza determinada, una energía que le da un poder
genuino y exclusivo, según a la clase que pertenezca.
En
ocasiones podemos buscar la fuerza del árbol para mitigar el dolor
de una enfermedad, para superar las preocupaciones o simplemente para
conseguir alcanzar nuestro propio equilibrio. Este intercambio
energético no afecta negativamente al árbol, ya que este las
transmite a la Madre Tierra y esta las transmuta completamente.
En
las técnicas orientales, como el chi-kung, hay una postura que se
llama “abrazar el árbol”. Esta posición estática alinea todos
los huesos del modo más eficaz posible.
Buddha
se iluminó bajo una higuera. Jesús estuvo en el monte de los
olivos. A los cátaros les gustaban las acacias. Los Druidas
preferían la fuerza masculina del roble para usar su sabiduría. Los
jóvenes enamorados buscaban el tilo para confiar sus intimidades
amorosas porque representaba el vigor de Venus. De cualquier modo
existen diferentes clases de árboles y es un ejercicio interesante
conocer las diferentes energías que fluyen a través de ellos. Una
buena forma de hacerlo es abrazándolos al mismo tiempo que nos
hacemos uno con él.
Cualidades
Energéticas de Algunos Árboles
La
Encina y el alcornoque. La encina y el alcornoque son primos hermanos
de la misma especie, son los árboles de la potencia, su aspecto
firme y algo áspero nos muestran un carácter firme y seguro.
Son
árboles robustos, fuertes y protectores con grandes cualidades
energéticas. Buenos amigos a los que acudir cuando se está en baja
forma física o en situaciones de bajo estado de ánimo, ansiedad o
inseguridad ya que su energía nos ayuda a transformarlos en
actitudes más positivas y seguras.
Por
ello te proponemos que te acerque a un buen ejemplar, lo abarques con
tus brazos, te fundas con él y luego te relajes sentado a sus pies y
dejes fluir su fuerza.
El
olivo. La energía del olivo es altamente beneficiosa. Al acercarse a
un buen ejemplar notarás una sensación de paz y serenidad. El olivo
es sabio, viejo y amigable y brinda al que se le acerca un apoyo
incondicional.
Al
sentarnos y recostarnos en su tronco su contenido energético ira
traspasándose lentamente a su cuerpo, este incide en seis de los
centros vitales más importantes que posee el ser humano, estos
centros son los principales reguladores y alimentadores de toda
nuestra estructura energética, pero donde posiblemente notará más
su efecto es en el 4º de ellos, situado a la altura del pecho,
sintiendo la necesidad de respirar profundamente y proporcionándole
una sensación de bienestar.
El
olivo alimenta los circuitos mentales, permitiendo que estos se
equilibren y recuperen un ritmo natural.