No todas mis ideas son correctas, si lo fueran, sería inútil compartirlas o entrar en debate.
lunes
Intelectual, erudito o instruido.
No hace mucho, estando en casa leyendo un libro sobre la vida de Alejandro Magno escrita por Mary Renault, renombrada mujer en el ámbito de la literatura, especialmente en la helenista, me acorde de un antiguo profesor de Lengua Clásica, el Padre Argemiro. Hombre de complexión menuda, de carácter afable y de temperamento nervioso. Hombre de gran saber. Cuando lo conocí era el encargado de la biblioteca. Sus grandes gafas siempre pegadas en sus cejas, reflejaban las letras de todos los libros que habían pasados por sus curiosas manos. -Hola Padre soy Fray Raúl- le dije.- Él sin levantar la vista de aquel libro que tenía en sus arrugadas manos se quedo como indiferente ante mi delgada presencia. Después de unos largos segundos el Padre respondió -¿Que necesita hno.lobo y soltó esa sonrisa tan característica suya. Por primera vez vi aquellos ojos penetrantes y dulces a la vez. -Padre seré su nuevo ayudante- y cosa que hacia comúnmente él, me explico el significado de la palabra Ayudante, que viene del latín.adiutāre, etc, etc. Me dejo tan asombrado su exposición que desde ese día fue referencia para todas mis dudas tanto gramaticales cómo en mis estudios hermeneuticos. Aquél fraile me confeso ese mismo día que estaba durmiendo y que por su edad se dormía de pie. Nos reímos a carcajada limpia. Este día fue para mi el comienzo de una etapa de descubrimiento por la lectura. Me dio un consejo que nunca olvidare y que por cierto fue el motivo de haberme acordado de El cuando estaba leyendo el Libro de Alejandro Magno. Fue un día de esos en que mi oficio me obligaba a dejar todas las mañanas después del desayuno, los libros que solicitaban los Frailes para sus lecturas espirituales o de estudio. Me empezó una obsesión por leer todos los libros que me llamaban la atención. Quedándome incluso fuera del horario permitido en las dependencia de la biblioteca. Todo lo que leía lo comentaba al otro día con los Frailes y Hermanos. Por mi temperamento Colérico nervioso y propenso a la exageración algunos me escuchaban fascinados y les gustaba que les contara aquella frase en griego y sus significado o aquellas historias de los primeros cristianos que relata el Padre Ruíz Bueno o las actas de los mártires de la guerra civil Española y como era natural alguna anécdota de las muchas vidas de santos que leía y que ellos luego usaban para sus clases de oratoria. Esto me hacia sentir bien, ya que prestaba un servicio a la comunidad y les hacia reír y jugaba con sus imaginaciones. Pero la situación cambio cuando un día, ese que intente relatar mas arriba, se acerco el padre Argemiro me cogió del Brazo y me dijo-No quiera para por intelectual, ni aparentar ser erudito es mejor pasar por la vida siendo instruido-¿Pero por que me dice eso? le respondí con mi natural desazón cuando alguien me corrige algo que yo ya se que es así y en parte sabes que esta mal. Y en un gesto humano me abrazo y me reprendió tal enfado. -Un intelectual es aquella persona que dedica una parte importante de su actividad vital al estudio y a la reflexión crítica sobre la realidad. Un erudito es aquel que tiene y demuestra poseer sólidos y profundos conocimientos en una o múltlipes disciplinas. Y el Instruido es aquel que tiene buen caudal de conocimientos adquiridos. Cosa que por lo que veo ud, tiene el Don. Mire las tres son sinónimas pero cada una con un matiz distinto. Ya desde la época de Platón, la instrucción no consiste en una mera acumulación de conocimientos o habilidades, sino en una paideia, una formación humana en las riquezas de una tradición intelectual orientada a una vida virtuosa. Intente llenar su espíritu de esta riqueza y cuando este rebosante de ella done la a otros. Cuando te llenes de virtud seras bello, y siendo bello serás Verdadero y la verdad te hara libre, esto es, Feliz. Aquella mañana aprendí la mayor de mis lecciones. Fue la última vez que vi al Padre Argemiro. Hoy cuando intento acabar alguna lectura parece que su rostro se iluminara en cada pagina y me recordara el valor inmenso que tengo y la responsabilidad que he contraído con tantas personas que están a mi alrededor. Transmitir la verdad y la virtud.